Un S.O.S. lanzaron los caseteros de Caño Dulce, en el municipio de Tubará, zona costera del Atlántico, ante las pésimas condiciones en que se encuentran las playas del lugar.

Sostienen que a las millonarias pérdidas causadas por la pandemia del Covid-19, debido al cierre de las mismas, ahora se suman las inundaciones que tienen afectados a los negocios turísticos.

“La situación es preocupante. Hace rato que autorizaron la reapertura pero muchos negocios no han podido funcionar por el mal estado en que se encuentra la vía de acceso, lo que dificulta el ingreso de vehículos y ahora debido a las frecuentes lluvias las casetas se encuentran inundadas”, manifestó Nicolás Macías, uno de los propietarios afectados, en diálogo con Zona Cero.

Precisó que la vía está convertida en un barrizal, por lo cual muchos conductores se abstienen de ingresar para evitar quedar atollados y sus vehículos registren averías.

“Los vehículos se devuelven, nadie quiere llegar”, recalcó.

Indicó que luego del prolongado cierre por causa de la pandemia, hicieron enormes sacrificios económicos para ajustarse a los protocolos de seguridad, además de invertir dinero para la compra de los insumos, y todo ello ha resultado en vano debido a las actuales circunstancias que se presentan en la zona de playas.

“Guardábamos esperanza con el tema de la reapertura y acogernos a los protocolos de bioseguridad. Se hicieron grandes inversiones y las pérdidas son incalculables porque no tenemos ingresos”, insistió.

Explicó que el apoyo por parte de la Alcaldía de Tubará no ha sido el esperado, ante lo cual pidieron la urgente intervención de la Gobernación del Atlántico con el fin de mejorar la vía de acceso y la misma zona de playas, que faciliten la llegada de los visitantes.